
Te mire dormir y por unos segundos pensé que sólo eras para mí, te soltaste de mi abrazo y tus alas me acariciaron, las odie, odie su hermosura, su libertad, me levante con cautela sin que notaras mi ausencia, tome tu cuchillo preferido; me senté a observar como gozabas de tu mente, recordé nuestros momentos cuando de tu mano me enseñaste a volar... pero aprendí con tus alas, con tu sed… en ese momento la rabia que sólo era mía hizo un corte perfecto, robaba tu libertad, tarde mucho pero no derrame sangre...
La elasticidad de mis brazos me ayudó para coserme tu ala, al terminar pensé que era suficiente para que jamás volaras solo... lo intente, fue inútil, tu ala ahora mía no podía con mi cuerpo me lastime mucho ahora pienso que bien merecido...
Volví a la cama con miedo, comprendiendo que fue un error pero la ilusión de tenerte solo para mi me animaba... tu amor era grande comprenderías mi arrebato... despertaste dolor, frío, reacciono tu cuerpo… ya no eras el mismo, tus ojos cambiaron, me miraste con odio... no hubo palabra alguna... abriste mi ventana y volaste con una ala...