Mostro

La pequeña estaba envuelta en sus cobijas tratando de conciliar el sueño, pero la noche se tornaba un poco angustiosa. La lluvia golpeaba sus ventanas, el ruido penetrante hacia que ella se ocultara en su almohada, sollozaba al sentirse desolada, la recamara más próxima estaba prohibida, los duendes no la dejaban entrar y ella sabía que no podía refugiarse, tenía que afrontar los miedos de su corta vida.
Su ansiedad más real y constante era el Mostro, una criatura que de vez en vez la llegó a visitar y a pesar de que la intención de él era asustarla, lo que siempre lograba era arrancarle millones de carcajadas hasta hacerla llorar…Siempre se escuchaba a lo lejos “Ahí vine el Mostro” ella no podía describir la sensación que le provocaba escuchar esas palabras, era un terror combinado con emoción fundiéndose en ella, en ese momento entendió la inquietud que sentía; el Mostro llevaba eternidades sin ir a visitarla, se dio cuenta que hacia muchas lunas que no reía, froto sus ojos, seco sus lagrimas, abrazó su almohada y esperó… que saliera el sol…

Porque tendría que llorar por tí, Ely Guerra

Porque tendría que
llorar por ti, total
si el pasado vuelve
lo dejare ir, suavemente
que algunas veces hiere.
Porque tendría que
sufrir por ti, total
yo de la nada quise
darte mi amor suavemente
un poco de mí tienes
para bien, para mal,
para la eternidad, para irte de mí
para bien, para mal
para la eternidad, para irte de mí.

Porque tendría que llorar por ti, total
Sí de cualquier manera
viajas en mi suavemente
un beso fue la fuente
para bien, para mal
para la eternidad, para irte de mí
para estar siempre aquí
para bien, para mal
para la eternidad, para irte de mí
para estar siempre aquí
para bien, para mal
para la eternidad, para irte de mí
para estar siempre aquí
para bien, para mal......

Carmín estaba perdida, el dolor se apoderaba de su ser, su mano se introdujo en su pecho, sacó su corazón, lo envolvió y lo guardo en su bolsillo, su seno izquierdo se vio desprotegido, minimizado. Ella lo sabía, él era el asesino y no podría acompañarlo y la culpa del detective impedía que ellos dos se perdieran en aquel idilio olvidando todo lo ocurrido... Carmín observó el Mar por última vez, lanzó sus sueños, dejó su amor enterrado en la arena, sólo se llevó, un grano de sal...

Morfero y El Demonio

Morfeo me abrazó, me llevo a su templo para descubrir mundos increíbles, me deje llevar hasta que… Un demonio se presentó con la intención de hacerme daño, la lucha comenzó cuando el ser maligno intentaba arrancarme de los brazos de mi protector, él me resguardaba, intentando que me quedara.

Aquel ser oscuro recorrió cada parte de mí, comenzó en mi cerebro destruyendo la fantasía, siguió por mis venas contaminándolas de frío; en un instante estaba clavado en mi vientre provocando un sufrimiento insoportable, él insistía en llevarme al lado oscuro del dolor, la penitencia y lo logró, me arranco de los brazos de Morfeo, la lucha fue inútil, me observé fuera de él con mi sufrir, tenía clavado al demonio en mi vientre.

Morfeo se quedo en su nube esperando mi regreso, el demonio insistía en prohibirme regresar al ensueño. ¿Yo? Yo no se lo permití, me levante con la intención de destruirlo.

En un instante me encontraba en mi cocina tomando un vaso, lo llene de agua, cogí mi pastilla, los químicos hicieron su trabajo, media hora después, volví a los brazos de Morfeo para disfrutar de la fantasía que sólo él me suministra…

Sueños de Candelilla

A Fer:

Airam caminaba observando el azul del cielo, siempre soñando en volar; una piedra llamo su atención, no era una roca común pues del centro brotaba un bello y especial gusano, ella lo observó por minutos, los movimientos uniformes de aquel bicho la hipnotizaron, cerró los ojos y empezó a dar vueltas alrededor de la piedra.

Mientras ella disfrutaba de aquella expresión de su cuerpo, hilos finos y blancos que salían de aquella oruga la envolvieron, Airam se dejo llevar, nunca nada la había hecho tan feliz, vueltas y vueltas la pequeña seguía, se detuvo por fin, al abrir los ojos, era otra…

Airam volaba observando lo verde de los campos, siempre soñando con no regresar.