enero 25, 2008

ALMA DE LOCA (Elise Reyna - Argentina)

Gracias por verme, senrirme, soñarme.... Les comparto este cuento que ahora es para mi, porque sí, porque lo decidió...


Con premura, temblor de piernas y taco de aguja camina en devaneo delicado, esquivando los charcos que la lluvia depositó sobre la baldosa gris. Oye el repiquetear de sus propios pasos y la suave brisa le devuelve el aroma de su pelo. El carmín dibuja una boca carnosa y sus ojos de pestañas bien arqueadas refrenan una lágrima traidora.
Se detiene. Respira hondo. Una puerta se abre a su paso. En la oscuridad, alguien toma su cintura y juntos suben por la escalera pobremente iluminada, mientras los dedos de esa mano juguetean su espina dorsal.
Acordes de un piano, voces y risas, humo, rojas paredes, una lámpara tenue, sillones de terciopelo negro y gatos de porcelana en un ambiente cálido y aromatizado al tabaco y perfumes caros.
Casquivana, reina y mundana, acepta la copa fina de champán, que bebe con descarado gesto sensual. Intercambia miradas, y lascivas pupilas la recorren plena. Más champán, más miradas, risas bulliciosas y el frío de la tarde gris desaparece tras el cristal.
Ya la música se filtra en su talle milonguero. El tango se aferra a ella, seduciéndola, abrazándola virulento y ella se abandona a la caricia ardiente y voraz. El tango susurra sus oídos con melodías voluptuosas. Alborota su sangre. Roza lúbrico sus piernas. Las manos contornean su cadera estrechándola en cada giro. Fricción y latidos. Los ojos de ella brillan tango. Huele a tango su boca de labios oferentes. Chorrea tango su cabello suave. Tango baja por su cuello. Sube tango por sus piernas. Tiemblan tango sus senos tibios. Su risa se vuelve tango y entrega tango su piel jugosa, linda y fatal.

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