enero 22, 2008

Sintiendo Tango


Te he conocido para no dejarte ir, me contagias tu tristeza, avivas las heridas que no quiero dejar de tener. Me dan ganas de reencarnar en ti derramándome en tu sonido, dejar salir ese grito de amargura que contagia.
Me buscas para ver tus manantiales, escuchar tu canto de cristal, para hacerme el amor en cada partitura... muero y vivo en ti, acaricias mi ensueño, perturbas mi desvelo.
El Tango me agarra desarmada y, entonces, me desgarro y me vierto en cada corte, en cada apertura... Es tan triste el Tango... Qué podrá ser de mí si, alguna vez, además, lo escucho de tus manos…

1 comentario:

Ogalam dijo...

El tango es una expresión humana específica e irrepetible. El tango nos lleva a sentir la muerte aunque sea lejana de maneras, quizá, depresivas. Pero recordemos que moriri es vivir también porque vivimos en un ciclo. "Para que recordarla tanto, no ves que está de olvido el corazón" canta una melodía de la orquesta Fernández Fierro. Cuando dicen "recordarla" no sólo se refieren a una mujer, a una persona, quizá pueda ser la vida misma. No me la recuerdes ahora que quiero tanguear. Esos sabores mundanos nos recuerdan que vivimos sumidos en soledades compartidas. Un tratado de soledades, seguramente.