diciembre 09, 2008

Crucufijo de pasión


Me gusta tu mirada de pasión, tu boca entre abierta que despide alientos de locura, manos sin control que ansían recorrer cada parte sin mesura; hoy he vertido mi sangre… esto es un pacto… no abandones mis ganas, ni te sientas dueño de mi sed. Deja que la pasión regrese e invada nuestros sentidos, no pidas permiso… tómame sin censura, grítale al viento obscenidades y haz caer una lluvia de gozo, sumérgete en la humedad sin vergüenza. ¿Acaso no te das cuenta lo que provocas? Inundaciones sin control que dejan a su paso rastros de dolor y deseo. Heme aquí crucificada para ti, para el deleite de tu hambre, tu único deber es desearme perdidamente, verme con devoción… yo bajare para posar mi líquido rojo ante tu sed, ante tu ansia; seamos pecadores y condenemos nuestra pasión al infierno eterno…

2 comentarios:

Arturo J. Flores dijo...

Madre nuestra que estás en la entrepierna, lascivo sea tu nombre, vente en nosotros mi reina,
sodomiza nuestra voluntad así en la cama como en el suelo, danos hoy el orgasmo nuestro de cada día y perdona nuestras eyaculaciones precoces como nosotros perdonamos tus coitus interruptus. No nos dejes caer en la castidad y líbranos de la virginidad.
Amén.

Anónimo dijo...

Un desenfreno de aquellos... muy pocos tienen el valor de enfrentarlo...
un abrazo