julio 23, 2007

Martini Cocktail (Chisme o buena acción)

Un desayuno es la ocasión perfecta para ponerse al corriente de todas las novedades, Marcela tiene unas ojeras impresionantes, jamás la habíamos visto así, no quiere decir nada, Jessica como siempre acapara la atención con sus picaras confesiones de sus múltiples amantes, aunque de bajo de aquel vale-madrismo, la notamos un poco nostálgica, para Sonia todo va mejor, dejo al de 20 y esta en una nueva relación con un corredor de autos, que la llena de detalles, lo cual ha ocasionado que piense que ya esta enamorada, todas esperamos que no sea una fantasía y que éste no resulte otro patán. Durante el café Marcela se ha decidido hablar, confesarnos el motivo de aquel insomnio que es evidente que padece, el viernes por la mañana recibió una llamada de una de sus otras amigas (Norma), la cual le hablaba en un tono muy raro, le pregunto si podía verla, Marcela acudió a la cita más tarde, Norma ya se encontraba en el café esperándola, no la miraba a los ojos y se veía realmente consternada, Marcela la saludo tímida y un poco angustiada. -¿Qué te pasa Norma? – Norma la miro y sin más le confesó lo que ella había visto en un restaurante al sur de la ciudad. Norma tenía una cita de trabajo en aquel restaurante, cuando comía con uno de sus clientes le llamo la atención una mesa que estaba arrinconada hasta el fondo del lugar, una pareja que era obvio que se escondía, se comían a besos sin reparos, no es muy común encontrarse una pareja así en un restaurante así, siguió atendiendo sus asuntos sin poner mayor atención, aunque su morbo era cada vez mayor, no entendía, parecía adolescente espiando a los muchachos que se portaban mal atrás del salón, de repente la chica se levanto para ir al baño, Norma en ese momento se enfocó más en el acompañante de la joven mujer, sin el estorbo ella pudo ver por que le llamaba tanto la atención la pareja, pues el hombre que era algo mayor para la joven era ni más, ni menos que el “gran hombre” (como ya saben así le apodamos a el marido de Marcela) Norma salio del lugar, con la mayor discreción para que el sujeto no se percatará de su presencia, llamó temprano a Marcela y le confesó lo que sus ojos habían presenciado. Marcela se quedo sin aliento, no lloro, no se enojo, lo único que dijo fue –Gracias Norma- Norma pensó que había cometido un error, pero se sentía con la obligación de decirle a su amiga lo que ella había visto, salieron del café, se despidieron y fue todo, ningún comentario había salido de la boca de Marcela, hasta el día de hoy que se reunió con nosotras, a ninguna le sorprendió la historia de nuestra amiga, por algo nuestro sarcasmo al apodarlo el “gran hombre” todos sabíamos que era un patán disfrazado de corderito, consolamos a nuestra amiga, que por fin soltó una lagrima, nos pregunto qué hacer, pero si ella no sabía la respuesta menos nosotras, todas coincidíamos en mandarlo lejos, pero sabíamos que Marcela no deseaba escucharnos decir eso. Salimos de nuestro desayuno, cada quien a seguir con sus actividades, yo caminé por varias cuadras, pensando en mi reacción si me encontrará en el caso de Marcela, tampoco tenía una respuesta clara, en este momento podría decir que jamás perdonaría una acción así, pero las circunstancias en que vives cada período, te hacen hacer, pensar y reaccionar de distinta manera a lo que siempre expresaste. Yo creo que podría estar mucho mejor sin él, pero eso, sólo ella lo decide, no podemos juzgar las decisiones de los demás tan a la ligera. Seguí caminando y pensando en mis próximas decisiones…

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